Una de las semejanzas entre el cortometraje y texto es que en el vídeo, la madre de la chica que muere en el accidente decide donar sus órganos (los de su hija) a la chica que está enferma y tiene chances de salvarse. Decide esto porque se pone en el lugar de la madre de esa chica, y el texto habla justamente de eso, de ponerse en el lugar del otro.
El título del vídeo hace referencia a que la mamá de la chica que muere puede decidir si ayuda a la chica que sigue viva donando los órganos de su hija, así poniéndose del “lado de la vida”, ya que en un momento ve un cartel que dice algo parecido a que donar es dar vida. También ella puede decidir no hacer nada para ayudar a la otra chica, poniéndose en el “lado de la muerte”.
El título del texto hace referencia a que hay que ponerse en el lugar del otro, y eso debe pasar cuando tenemos una conversación con alguien: “A fin de cuentas, siempre que hablamos con alguien lo que hacemos es establecer un terreno en el que quien ahora es «yo» sabe que se convertirá en «tú» y viceversa.”
Hay que ponerse en el lugar del otro porque en otro momento uno puede estar en su situación, sin importar la edad, género y color de piel, por ejemplo. Eso lo dice en esta frase: “Y eso aunque yo sea joven y el otro viejo, aunque yo sea hombre y el otro mujer, aunque yo sea blanco y el otro negro, aunque yo sea tonto y el otro listo, aunque yo esté sano y el otro enfermo, aunque yo sea rico y el otro pobre.”
Además, el vídeo marca la diferencia entre el acto médico y el acto social que implica la donación de órganos. El acto médico consiste en la operación realizada por el médico para extirpar los órganos del cuerpo del donante (ablación) y dárselos al receptor, mientras que el acto social es la decisión que toma una persona de donar sus órganos, o que también puede tomar un familiar de un fallecido de donar los órganos de esa persona.
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